Además, la tomografía computarizada de tórax que se le realizó el martes ha revelado que el cuadro inflamatorio pulmonar está teniendo una evolución normal. Eso sí, el pontífice continúa con la oxigenoterapia de alto flujo.

El Vaticano
El estado de salud del papa Francisco, de 88 años, ha experimentado una nueva y leve mejoría en las últimas 24 horas, según el parte médico oficial del Vaticano emitido este miércoles. La insuficiencia renal detectada en los últimos días ha remitido, y los exámenes sanguíneos han confirmado la mejoría observada previamente. Además, la tomografía computarizada de tórax realizada el martes por la tarde ha revelado que el cuadro inflamatorio pulmonar está evolucionando de manera normal.
A pesar de estos avances, el pronóstico del papa sigue siendo reservado. Continúa con oxigenoterapia de alto flujo y, aunque no ha presentado crisis respiratorias asmáticas en la última jornada, sigue bajo observación y recibiendo fisioterapia respiratoria para facilitar su recuperación. Francisco fue hospitalizado el pasado 14 de febrero debido a una bronquitis con infección polimicrobiana, la cual derivó en una neumonía bilateral, lo que complicó su estado de salud.
En la última noche, la décimo tercera desde su hospitalización, el pontífice ha podido descansar de manera tranquila. Durante la mañana, ha desayunado con normalidad sentado en un sillón mientras esperaba los resultados del TAC. A pesar de su delicado estado, el papa ha continuado desempeñando algunas funciones de su cargo, firmando nombramientos y decretos. Entre sus últimas decisiones, el lunes aprobó la canonización de José Gregorio Hernández Cisneros, quien se convertirá en el primer santo de Venezuela. También ha modificado algunas leyes internas del Vaticano, otorgando mayores poderes a sor Raffaella Petrini, la primera mujer en ocupar el cargo de ‘gobernadora’ del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Mientras tanto, en la Plaza de San Pedro, cardenales, miembros de la Curia y fieles siguen reuniéndose cada noche para rezar el rosario por la recuperación del papa. La comunidad católica mundial continúa atenta a la evolución de su estado de salud, mientras el Vaticano se mantiene prudente con sus comunicados y resalta la mejoría progresiva, aunque sin perder de vista la fragilidad de su condición.